miércoles, noviembre 28, 2007

Mi Estrella Polar, Tu Cruz del Sur

Cómo no iba a lucir semejante luna llena en la gélida noche de Madrid, para dar luz al escenario. Ismael vivía de nuevo un reencuentro con su ciudad.

El es tímido, se nota. Y además no creo que sea de esa clase de personas que se siente bien siendo el centro de atención. Vanidad la justa, por eso le entiendo cuando sale al escenario con su timidez pisándole los talones.

Yo nací un día después que él, en Madrid, un año raro en el que según dice mi madre, el aire empezaba a oler distinto. Incluso durante el embarazo, surcó los cielos de Madrid un enorme platillo volante que fue visto por cientos de madrileños y reflejado en los diarios. Desde pequeña me dijeron que yo era especial, diferente. En casa bromeaban con que aquel ovni hizo un intercambio de bebés.

Tú no piensas que sea rara; he sido una niña tímida, bastante independiente. Odiaba a la Barbie, no veía ninguna gracia en jugar con una muñeca tan exuberante. Pasaba las horas leyendo, escribiendo cuentos, dibujando, fabricando cosas.

Con los años vas tomando forma y conciencia de quién eres y lo que haces aquí. Te rodeas de personas, lugares, libros, músicas que van formando el paisaje de tu vida hasta que un día al mirar hacia atrás te ves reflejada en la niña que fuiste, entiendes cada juego y ocurrencia. Y te gustas.

En ese camino un día descubrí que había un chico que cantaba al compás de mis vivencias. Mágicamente sus letras describían mis estados de ánimo y mis experiencias, mis inquietudes, mis anhelos. Jolín, este tío es igual que yo, pensé. Y así día a día adopté su música como parte de la banda sonora de mi vida.

No a todos los que me rodeaban les surtía el mismo efecto. Con las personas más afines a mí, podía compartir su música. Con Sylvia, por ejemplo, compartí esas tardes lluviosas de Londres en las que pasábamos las horas hablando “del amor y sus fracasos” y de otras tantas cosas.

Siempre he dicho que la música de Ismael tiene un umbral que sólo algunos atravesamos. Afortunados los que nos adentramos en su mundo que es el nuestro. Unos locos venidos de otros mundos nos deleitamos con su música, con sus letras, que son las nuestras.

Hace muchos años volviendo en tren de Sevilla a Madrid viajé al lado de Ismael. Qué bien suena. Pero no es del todo cierto: al lado iba su chica. Yo acabé con el ojo derecho estrábico de tanto mirar de “soslayo”. Se subieron en Córdoba y compartieron fila conmigo.


“La judía de Toledo” que descansaba sobre mis piernas no pasó de página en todo el viaje. Mi imaginación sí, como buena piscis me vi paseando por la judería cordobesa de la que tanto habla mi padre (que es cordobés, como Rodolfo un poquito) y tropezando con Ismael. Y en otra, subiendo en coche por el Brillante y parando a socorrer a un Ismael con el coche averiado… Y ya entrada en faena, me monté una peli en la que Ismael viajaba sólo; de pronto el tren se paraba a la altura de Puertollano por una avería y ahí nos tenían parados indefinidamente. Ismael y yo empezábamos a hablar de la vida y bueno, “para qué contaros”… cuando mi historia llegaba a lo más interesante me sobresalté y me debí poner morada ante un inesperado cruce de miradas de Ismael. Se había levantado y seguro que debió pensar “vaya cara de loca lleva la niña de enfrente”. Ahí termina nuestra relación. Fue corto pero intenso.

Luego continuamos nuestro "afair" en la distancia. Con tanto viaje no coincidíamos nunca…

Y sí, el ha viajado conmigo a cada rincón en el que he estado.

Aquel Septiembre en que cayeron las dos torres de repente me di cuenta que llevaba un año fuera de casa y que Madrid había envejecido sin mí. Quise huir pero estaba atrapada entre taxis negros como coches funerarios y edificios que crecían cada minuto unos centímetros. Llegué a casa y abrí mi caja de Pandora y entre cartas, fotos, recuerdos… empecé a sentir el "Vértigo" de Ismael más que nunca. Por eso volví a mi Madrid donde no llovía y ya empezaban a buscar tesoros bajo tierra.

“No estarás sola”. Me besaste en la frente y tomé aquel avión rumbo a Perú. Llevábamos juntos apenas dos meses pero yo ya sabía que había llegado a casa, que tu pecho era mi hogar. Me ví sentada en los escalones de la Plaza de Armas de Cuzco con René de la mano y buscando en el cielo la Cruz del Sur. Mientras la música sonaba en mi cabeza: “qué andarás haciendo ahora, hecho una madeja en el sillón…” Pensé en la paradoja de estar en tu continente buscando la Cruz del Sur. Me preguntaba si estarías tú buscando en el cielo de Madrid la Estrella Polar.

Este pasado abril en las calles de tu ciudad, comprobé que la mirada de los porteños tienen ese velo de nostalgia, de rabia contenida, de impotencia, que hacen a los autos avanzar lentos, pesados, “como una manada de elefantes”… y que el río tiene en su negrura unos destellos de luz azul para que no olvidemos que en su seno duermen cientos de Angeles.

Y vuelvo a la noche de sábado en la que Madrid está tan hermosa como siempre, a pesar de los espantosos rascacielos que parecen un macabro monumento al 11 de Septiembre. La Castellana marca cero grados y la luna está como loca, en su mejor momento.

Y ese chico tímido que escribe como nadie está ante todos nosotros para compartir sus ideas, sentimientos, vivencias. Y no me extraña que se ponga un poco nervioso, porque sabe que para nosotros es importante y no nos quiere defraudar.

Poco a poco las energías empiezan a vibrar todas en la misma frecuencia hasta hacerse una, como en las "Nueve Revelaciones”. Ismael se ha dado cuenta, así que poco a poco se le sueltan los pies y su timidez de una coz, sale despedida entre bambalinas. A pesar de la multitud se ve que se siente entre amigos, sabe que todos estamos tocados por el ovni del 74 y nos cuenta una historia muy de García Márquez, en la que la protagonista pasa de ser abandonada por su amor en una playa a trabajar de taquillera en un cine de barrio. Mis sospechas de que es un cachondo se terminan de confirmar con su visión del soterramiento de la m-30, con partidas de mus y romances entre conductores.

Te miro varias veces durante el concierto. Me dan ganas de saltar entre las butacas de contento por tenerte ahí a mi lado. Sé que te encanta su música, que te hace feliz que escriba de tu tierra, de las Madres de la Plaza de Mayo y encima lo cante en Madrid. Aprietas mi mano durante la canción y se te olvidan tus celos porque me guste Ismael. Y es que en ese instante entiendes que mi amor por él es fraternal, como el que puedo sentir por un amigo o por mi hermana. Y que si algún día soñé una historia de trenes con él, me imaginaba compartiendo una conversación alucinante… Bueno, imaginar es gratis y yo era una cría, así que supongo que imaginaría alguna cosa más.

Tú eres mi Estrella Polar. Yo soy tu Cruz del Sur…

Y hemos recorrido tantos kilómetros para encontrarnos…

Y en tan poco tiempo hemos hecho tantas cosas…Y nos quedan tantas otras...

Madrid o Buenos Aires nos prestarán sus calles e Ismael sin saberlo, pondrá música a nuestros pasos.

Qué suerte tenemos.

10 comentarios:

Gastón Martorelli dijo...

¿Cómo andás Sigrid?...
espero que bien, caminando por los bosques...

Quizás una de las cosas más complicadas en este mundo sea, además de evitar la caída del cabello, agregar favoritos en los blogs.

Te cuento que yo también, no por falta de internet, he olvidado mis blogs, aunque hace poco abrí uno de cuentos.

Me gustaría que lo vieras, a ver que te parece... te paso la dirección, y firmame ahí...
www.el-colectivo-imaginario.blogspot.com

ABRAZO AMIGA..
GASTÓN

Rodolfo Serrano dijo...

No sólo me he sonreído, sino que, también, me he emocionado. Gracias por esos recuerdos y por la forma maravillosa en que los describes. Sólo una objeción: yo no soy de Córdoba, aunque pasara en esa ciudad casi cuatro años maravillosos y quiera a Córdoba como si fuera mi ciudad natal.
Besos

Alicia dijo...

Hola Sigrid, me necanta la entrada que has hecho... jolin, yo me habria imaginado muchisimas cosas durante ese viaje en tren. El concierto fue una maravilla y veo que es una sentimiento muy generalizado el que nuestras parejas tengan algunos celillos de nuestra admiración por Ismael, bueno, cuesta pero creo que tienen claro que lo de Ismael es eso, cariño y admiración y lo suyo algo tan difente...
Lo que decia Veronica del CQTest es que anoche se emitió en CQC una "entrevista" a Ismael, yo no sabia nada y cuando me avisaron ya estaba dormidita asi que no puedo decirte nada más
Ya habia escuchado yo algo sobre ese Ovni del 74... es curioso... yo nací 10 años después, soy una "pequeña criatura" todavía...

Gracias por pasar por mi blog, UN abrazo.


ALICIA

Verónica dijo...

Hola Sigrid!

Precioso relato... cómo me hubiese gustado a mi viajar en ese tren. Pero aunque no sea físicamente, Ismael nos acompaña en cada viaje con su música... Yo también me siento identificada en cada una de sus canciones, quizás por eso me cueste tanto escuchar otro tipo de música. Desde que descubrí su voz y sus letras va conmigo donde quiera que esté, y cuando no puedo escucharlo, me lo imagino.

Al igual que Alicia, yo también nací 10 años después del famoso avistamiento del OVNI... tú un día después que Ismael, y yo 10 años y un mes jejeje.

Lo de Ismael en CQC fué ayer miércoles, salía en el CQTest... 88 puntos sólo, pero es que ¿a quién se le ocurre preguntarle en qué prisión está Julián Muñoz? jeje.

Un beso y gracias por pasarte por el mío!!

Paseando por tu nube dijo...

Sigrid, ha sido absolutamente enternecedor leer tu post, siento parte de tus cariños hacia Ismael, quizá yo le vea desde la perspectiva de madre, pues en muchos aspectos me recuerda mucho a mi hijo, también poeta y luchador y también él ha crecido con la música de Ismael desde que tiene uso de razón, pues yo he dado muchos pasos en mi vida gracias a la música de Ismael.
Tambien el 28 de enero, que dará un concierto Ismael en Alcobendas, iremos mi hijo y yo a verle, será fantástico, por supuesto.
Un beso cielo

Francisco Álvarez dijo...

Hola!

Es primera vez que te leo y me han comido tus palabras,es increible como tus letras me trasportaron a tu persona,tus vivencias y sueños,por un momento pense que eras tu la que me hablaba en persona y mi voz interior en un momento paso de ser la mia por la tuya ...que extraño? ha sido un placer poder leerte..ademas que me resulto muy emotivo, ya que yo también comparto los mismos miedos y busco un cinta para atar el tiempo(soy un admirador de ismael serrano , lo sigo desde hace mucho tiempo y siento algo parecido a ti)
Bueno, ahora debo confezar que leere tus antiguos escritos y espero los proximos.

Un Abrazo desde CHILE

Marga dijo...

Hola: Me ha encantado lo que has escrito, l igual que tú yo siento que Ismael me acompaña en el tránsito de la vida, y es verdad lo que dice Alicia que las parejas a veces se ponen algo celosas, mi ex también lo hacía,y ahora sólo me quedan los versos de Ismael.
Cariños desde Chile.

Charlie Jiménez dijo...

Precioso lo que has escrito...Llegué hasta aquí desde el blog de Ismael Serrano, de oca a oca y...me quedé a leerte un rato. A mi también me ocurre algo parecido con su música, ha sido la banda sonora de mi vida y espero que lo siga siendo. El 18 de noviembre estuve en uno de sus conciertos aquí en Barcelona, el primero al que acudía, me dejó muchas sensaciones y todas muy bellas y un convencimiento: otro mundo es posible.

Un abrazo

montse dijo...

Hola Sigrid,

Que decirte de Ismael que tu no hayas dicho ya... Que me ofrece un sentimiento de ternura, de paz cada vez que lo escucho, cada vez que lo vuelvo a ver en uno de sus conciertos.
Hace un mes hizo un concierto en el Paraninfo de la Universidad de Alicante, al día siguiente ofreció una firma de discos en la Fnac y no pude ir. El próximo viernes día 14 volverá a cantar en Alicante y allí una vez más, me hará soñar despierta...

En el fotoblog que tenemos, ayer pusimos una de las fotos, si la quieres ver, la dirección es: www.ecomam.net

Saludos

Lunazul dijo...

Hola Sigrid :)

Cómo te encuentras?

Sabes, es curioso pero después de leer esta crónica-historia me siento más cerca de ti :)

Afortunadamente hay más locos perdidos por el mundo, y al final, terminamos por encontrarnos. Qué suerte saber que compartimos ese cariño por Ismael, ese amor fraternal, ese entendimiento vital tan común.
Y "las nueve revelaciones".. me trae muchísimos recuerdos. Me lo regaló hace años un ser muy especial que solía decirme que nunca me olvidara de lo especial que soy. Cuando lo leí entendí que, sin saberlo, sabía de energías, sabía de esos flujos. Por primera vez supe que no estaba en otro nivel, sino que más personas viajaban a mi lado :)

Es una grata sensación. Un abrazo grandote :)