martes, abril 29, 2008

Midiendo almas

Julio de 2007. Trabajo en una oficina de una zona “exclusiva” de los alrededores de Madrid

No me identifico con mis compañeras. Hablan de cosas que no me interesan lo más mínimo, así que procuro no entrar en sus conversaciones. Como es verano y hay poco trabajo, pasan la tarde hablando de temas diversos: cotilleos sobre los famosos, depilación láser, viajes a hoteles exclusivos, el colegio de los niños…. Estoy verde en todos los temas. En un intento por participar para que no me tachen de borde, decido preguntar sobre la nueva asignatura de "Educación para la ciudadanía”. Me responde la cabecilla del grupo de descerebradas que componen el equipo de trabajo:

Descerebrada nº 1: “Uff, qué fuerte. Fui al colegio a poner de vuelta y media a las monjas. Por supuesto que mis hijas no van asistir a ésa clase. Para enseñarles educación ya estoy yo, estaría bueno que tuvieran que enseñar a mis niñas cómo comportarse con los demás niños. Y sobre sexo, por favor, les ponen películas porno. En fin, mis niñas, con lo dulces que son. ¿Os he contado la ocurrencia de la mayor? Ayer en la cola del Hipercor había delante de nosotros unos negritos, un matrimonio y su hijo, pero no de los chungos, sino seguramente de algún consulado africano. Y mi hija, como le he explicado que la viruela ya estaba desaparecida en España pero que los inmigrantes la están trayendo de sus países, se acerca al niño y le pregunta que si tiene viruela. ¡Nos estuvimos riendo hasta la cena!

Agosto de 2007. Sigo en la misma oficina

Entra una clienta de nacionalidad colombiana. Es una mujer muy elegante y educada, se sienta frente al escritorio de la descerebrada nº 2. La mujer se sorprende al ver que nuestra empresa, tan conocida y prestigiosa, publicite Cuba como destino turístico, con un eslogan que dice “Viva Cuba”. Comenta que la situación en Cuba no está para hacerle vítores. Después de solicitar una reserva de vuelos, comenta que no le hace gracia tener que pasar por la famosa T4 del aeropuerto de Barajas. “Es demasiado grande, me pierdo y me pongo nerviosa pensando que voy a perder el vuelo”. Finalmente compra su billete y se marcha.

La descerebrada nº 2, comenta: “Pero qué se ha creído ésta gilipollas, vamos, ni que Hugo Chávez fuera una maravilla, pues a mi el cartel de Cuba me encanta. Además, si no le gusta la T4 que se vaya a su país, a ver que tal aeropuerto tienen, vamos, van a venir éstos a criticar nuestro aeropuerto”.

Se me ocurre aclararle que Hugo Chávez es el presidente de Venezuela, entonces me mira con cara de asco y la descerebrada nº 3 cierra el tema: “Y qué mas da, seguro que el presidente de Colombia es igual que Chávez”.


Septiembre 2007. Mi último día en la oficina

Supongo que como saben que es mi último día, han decido no contenerse (porque hasta ahora lo hacían) y hablan con total libertad. La descerebrada nº 2 cuenta una anécdota sobre un atraco en su anterior oficina.

“Estoy en mi mesa y entra un negro. En eso el negro, saca una navaja y nos pide todo el dinero. El negro me mira de arriba abajo, como si no hubiera visto una tía rubia en su vida. Yo me arrimo a la pared, mi jefa le dice que no hay dinero… y el negro no sabe qué hacer. Entonces el negro me mira, con los ojos inyectados (seguro que iba puesto) y se de media vuelta y se va…”

Sorprendida, ante tanto “negro” le comento que también hay atracadores blancos. Ella, muy ofendida, me dice: “bueno, si, claro que los hay, pero no dan tanto miedo…”

Más tarde, la descerebrada nº 1 habla sobre destinos turísticos. Dice que ni de coña viajaría a un país árabe, son tan, tan…. No sabe qué adjetivo utilizar sin dañar mi sensibilidad "… Tan primitivos. Quiero decir, que no me apaño, que está todo sucio y bueno, se te acercan tanto… Una vez fui al hotel La Mamunia de Marraketch (5 estrellas super lujo), y vale, el hotel es una pasada, pero yo igual me llevé una sábana para tapar la almohada, me daba un asco poner la cabeza encima… a mí es que esos países, en fin, para los negritos".
Me mira a la defensiva, cae en la cuenta de que una conversación entre las dos, es moralmente imposible. Me iba a contener, pero es que no puedo más, así que le comento divertida que a mí los viajes antisépticos no me van, en Roma me quedé en una pensión bastante más cochambrosa que cualquier hotel a la Puerta del Sáhara con unos bichos feos por las paredes. Sin embargo, no lograron deslucir la belleza de la ciudad. Dormí feliz entre aromas de la Italia profunda.

Se hace un silencio entre las dos cada vez más insondable. Un móvil oportuno pone fin a éste patético intento de acercamiento entre dos personas que en otras circunstancias jamás hubieran cruzado una palabra.


29 de marzo de 2008. He cambiado de oficina, pero las cosas no han cambiado tanto.

Se me acerca Pilar, una mujer bastante campechana que ronda los cincuenta, y me hace como cada día, su propia crónica de las últimas noticias. “¿Has oído eso de que están robando cables de teléfono? No sé a dónde iremos a parar”. Antes de que pueda contestarle, lanza el veredicto. “Se lo llevan a sus países, como allí debe ser tan caro…” No le contesto, aunque tengo ganas de decirle que he leído que los venden a pequeñas empresas en territorio nacional.

“...Es que estamos invadidos, y es que tenemos unas tragaderas, porque encima dices algo y te tachan de racista. Las del altiplano, por ejemplo, son unas frescas…”

Me hago la tonta y pregunto quiénes son las del altiplano. Me aclara que las de la limpieza, esas de Bolivia o por ahí, que se han comido las sobras de los canapés que dejó en la nevera el viernes.

“Pilar, pero si los hubieras tenido que tirar de todos modos…” . “Bueno, ya, pero que me los pidan ¿No?"

En la comida Sandra, secretaria, veinticinco años, hace chistes no sé a santo de qué, sobre “pony-payos”. Nunca había oído esa palabra, pero algo me dice que no me va a gustar. Y en efecto, la traducción es “panchito”, término que he llegado a pensar que soy la única persona en ésta ciudad a la que le molesta. Le pido que me lo aclare, y me explica que se les llama así a los sudamericanos por ser bajitos. Vaya, le contesto que mi marido que es sudamericano mide 1.89 y que a su novio murciano no le recuerdo por encima del 1,60… Palidece y me dice que bueno, que se refiere a los bolivianos, peruanos… de por ahí.. "No te mosquees, tu marido es distinto".

Dios, ¿Es que sólo me duele a mí? ¿Cómo llamarían a los españoles que en los 60 emigraban a Alemania? ¿Guitarrillas? ¿Toreros? ¿Bandoleros?... O simplemente españoles, con el respeto que merece una persona que trabaja duro, que tiene un nivel cultural más bien bajo y que sufre por tener a los suyos lejos.

Nadie mide el alma humana. Nadie mide la entrega, el esfuerzo, la renuncia…

Que asco. Algo que tenía que hacernos más ricos y más sabios nos hace cada vez más pobres de espíritu. Más negros de alma, menos humanos.

Solo se me ocurre decirle a las del altiplano, y a los presuntos ladrones de cables y los panchitos queridos, que me alegro de que hayan sido valientes de venir aquí a buscarse la vida. Que sólo por tener el coraje de aguantar tantas impertinencias merecen todo el respeto del mundo. Que por dejar su tierra colorida para llorar en éste gris asfalto la lejanía, les quiero más. La historia les dio derecho hace siglos de vivir aquí y ser mis vecinos. Y por eso les doy las gracias.

Y por existir niños de ojos enormes llenos e vida y esperanza para América que algún día puede que encuentren el modo de enseñar al mundo dónde se esconde el Paraíso en la Tierra.
PD. Hoy 29 de Abril de 2008
Después de publicar ésta entrada he salido a tomar un café. Traigo un termo de casa y Pilar al verme, me ha comparado con "las que por las mañanas chupan de un botecito". "Me da un asco, eso es antihigiénico", añade.
"Pilar, tienes que abrir un poco tu mente..." Le contesto. "Pero es que es una guarrería, todas chupando por una pipa, creí que eran moras porque son tostadas, pero creo que son argentinas...".
En fin, es una batalla perdida, así que sólo puedo decir, que me siento honrada de que me comparen con mis compatriotas de corazón.

lunes, abril 28, 2008

Y a mitad de camino...¡Los Angeles de Charlie!

Primer toro camino a Sevilla





Los molinos de Don Quijote









Vaya tormenta...












¡Los Angeles de Charlie...! Un garito muy higiénico y muy apañao..










Viñedos de la Mancha









¡Andalucía!












y sus olivos...









Y ya de vuelta a casa...










Despeñaperros












Y tristes molinos que agitan sus brazos diciendo adiós...

jueves, abril 03, 2008

Premio Calidez ... ¡Gracias, me ha hecho mucha ilusión..!

¡Me han dado un premio calidez... Y me hace muchísima ilusión...!

Empecé éste blog como una terapia auto-impuesta para tratar de hacer algo creativo con mis ideas y vivencias. Se me ocurrió que leyendome a mí misma me podría ayudar a conocerme y a aprender cada día a ser mejor.

Pero la ayuda no vino de ahi sino de todas las personas que pasaron por aqui y dejaron un comentario. Me dí cuenta de que hay mucha gente auténtica por ahi y con ganas de compartir su riqueza; y eso me emociona, me dan ganas de cantar, saltar, reir y por su puesto de vivir.

Es la segunda vez en mi vida que me dan un premio. La primera fue a los nueve años, que se me ocurrió presentarme a un concurso de dibujo en el colegio pensando que no ganaría. Cuando me enteré que había ganado me arrepentí de presentarme porque la timidez me podía, y pensar que tendría que subir al escenario del salón de actos a recogerlo me tuvo varias noches sin dormir. Finalmente llegó el día y subí a recogerlo, pero cuando la monja me dijo que tenía que hablar por el micro, me puse no roja, sino morada, se me cortó la respiración y se asustó tanto que me mandó a mi sitio con el trofeo.

Este premio me hace mucha más ilusión porque es del corazón y no hay escenario. Gracias Samuel, por darle tanto a alguien desconocido. (Y yo, como una cabra, te he llamado Manuel por donde he pasado... las prisas y la emoción).

Ahora me toca dar cinco premios, son poquitos para tanta riqueza que hay ahí fuera... Bueno, pues primero explico que el Premio Calidez, se otorga a "las personas que con sus escritos nos hacen sentir momentos inolvidables".

Reglas del Premio:

1) Publicar la concesión del premio, citando y enlazando el blog que lo ha otorgado.

http://samuelvillena.blogspot.com/2008/04/premio-calidez.html

2) Citar las reglas del premio (estoy en ello)

3) Otorgar el premio a otros cinco blogs: Y se los otorgo a:

1) Margarita: T
e doy el premio porque me llenas con tus recuerdos de la niñez, por la forma entrañable en la que recoges en tu blog fotos de tu gente, de tu familia, tus amigos; por esa manera de compartir las cosas cotidianas de la vida. Gracias por acercar tu tierra a los que estamos lejos.

2) Eduardo Cassano:
Otro corazón inmenso que ronda por los blogs y que nunca se queda con la forma, sino con el fondo. Te doy el premio porque hablas con tanta sinceridad que ruborizas y para mí es un don muy preciado.

3) Gastón Martorelli:
Eres un talento con patas que estoy segura algún día alcanzarás tus sueños. Te doy el premio por ser tan valiente de perseguirlos y tenerlo tan claro.

4) Hawwan:
Este blog tan artístico me transporta cada día a otras realidades distintas a las del noticiero; me sumerge en la fantasía y me arranca sonrisas y emociones.

5) Yo mismo:
Llevo poco tiempo visitándote pero me has encandilado. Me encanta la profundidad de todo lo que escribes, siempre me llegas, así que para tí va mi quinto premio.

Y esto es todo. Espero que os haga tanta ilusión como a mí.