miércoles, septiembre 21, 2005

Malena es un nombre de Tango


Todos los veranos recojo animales.
Mi familia dice que tengo un imán, no sé si será así, pero sorprendentemente me encuentro pajarillos caídos de sus nidos, perros abandonados, gatitos caseros que no se adaptan al contenedor de basura...
Este verano ha sido una gata blanca. Se plantó en mitad de la carretera deslumbrada, y en cuanto me acerqué desplegó todas sus habilidades en materia de conquista. Ante las evidencias de que no era una gatita callejera no me opuse a sus encantos y le abrí la puerta del coche pensando en llevarla de vuelta a su hogar a la mañana siguiente.
Me la imagino fundida en eterno ronroneo con sus amos en el momento de recuperarla. Así que la llevo al veterinario para que le lean el micro-chip y puedan localizarles... Vaya, no lo había pensado... no está identificada. “... hay mucha gente que no identifica a los gatos... pero con semejante collar sus dueños la deben querer mucho, estarán deseando recuperarla...”
Confundida tomo a la gata de nuevo y la llevo a casa a hacerle una sesión de fotos. No hay manera de que sonría. Malena (la llamo), en su aristocrático collar azul con diamantitos, alberga una sorprendente expresión de tristeza a la vez que de enfado. He de reconocer que no me esperaba de un gato un semblante tan claro y expresivo.
Imprimo carteles con foto y todo: “Encontrada gata, ojos azules,...” y los distribuyo por tiendas de animales, clínicas veterinarias, farolas, paradas de autobús, supermercado... Ahora sin duda, sus dueños van a aparecer "cunita gatuna" en mano, para llevarse a la dulzura de vuelta a casa. Y final feliz.
* ♪ * ♪ *
“Malena es un nombre de Tango...” y parece que no me equivoqué al llamarla así. Mi preciosa felina comienza a hacer honores del nuevo nombre ante su evidente abandono... He descubierto que una mano misteriosa está arrancando y destruyendo mis carteles, y con ellos mis esperanzas y mi confianza en el ser humano.

Los diamantes del collar de Malena pierden brillo a la misma velocidad que sus ojos. Arrancar carteles es tan fácil como arrancarla a ella del sofá y empiezo a preguntarme si la tripita de Malena no empieza a estar sospechosamente abultada, y si a finales de septiembre no alumbrará una camada de tangos tan tristes como ella.
[...] Tus tangos son criaturas abandonadas
que cruzan sobre el barro del callejón,
cuando todas las puertas están cerradas
y ladran los fantasmas de la canción.
Malena canta el tango con voz quebrada,
Malena tiene pena de bandoneón [...]
Malena (Lucio Demare / Homero Manzi)

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