Hace ya diez meses que escribí mis letras más tristes.
Hoy podría escribir el negativo de aquel post, porque mi vientre no ha dejado de crecer y mi niña da patadas a mi mesa de trabajo, solidaria con su madre que mentalmente toda la vida dará coces al trabajo rutinario y al desfile de coches de la A-6.
Mi niña crece dentro de mí y conmigo.
Ya sabe el camino a casa y tararea en el coche “contigo la noche más bella”. Se ha adueñado de un poema de Rodolfo, le gustan los “Cheetos pandilla” y en sueños me visita para recorrer de mi mano bosques llenos de secretos.
Aún está llena de sabiduría. Viene de un mundo puro e inmaterial donde no existen las cestas de Navidad y la luz de las almas iluminan los árboles y los pesebres. Ella sabe lo que aquí se cuece, y aún así acepta venir y ser mi compañera. Y yo me siento abrumada por tanta responsabilidad, porque quisiera que no olvidara, que pudiera retener esa paz. Esa luz durante toda la vida que la espera.
Ambicioso proyecto traer un alma a éste mundo. Acogerla dentro y fuera del vientre. Guiarla, acompañarla en éste viaje, no meter la pata y saber ser y estar.
Gracias mi niña por elegirme a mí.
Hoy podría escribir el negativo de aquel post, porque mi vientre no ha dejado de crecer y mi niña da patadas a mi mesa de trabajo, solidaria con su madre que mentalmente toda la vida dará coces al trabajo rutinario y al desfile de coches de la A-6.
Mi niña crece dentro de mí y conmigo.
Ya sabe el camino a casa y tararea en el coche “contigo la noche más bella”. Se ha adueñado de un poema de Rodolfo, le gustan los “Cheetos pandilla” y en sueños me visita para recorrer de mi mano bosques llenos de secretos.
Aún está llena de sabiduría. Viene de un mundo puro e inmaterial donde no existen las cestas de Navidad y la luz de las almas iluminan los árboles y los pesebres. Ella sabe lo que aquí se cuece, y aún así acepta venir y ser mi compañera. Y yo me siento abrumada por tanta responsabilidad, porque quisiera que no olvidara, que pudiera retener esa paz. Esa luz durante toda la vida que la espera.
Ambicioso proyecto traer un alma a éste mundo. Acogerla dentro y fuera del vientre. Guiarla, acompañarla en éste viaje, no meter la pata y saber ser y estar.
Gracias mi niña por elegirme a mí.